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a trompeta fue el instrumento rey de los primeros dias del jazz y Louis Armstrong fue, incuestionablemente, primero el rey de ese instrumento y, después de toda la historia del jazz. Difícilmente puede imaginarse alguien a un músico de jazz y no evocar la imagen bonachona de un Amstrong regordete, enfundado en un inmaculado smoking, su reluciente trompeta en una mano y en la otra un enorme pañuelo blanco para secar constantemente su abundante sudor, una sonrisa eterna, amplia y contagiosa, ocupando la mayor parte de su rostro y una voz de una cavernosidad profunda e inverosímil improvisando sobre cualquier melodía popular.
Louis Armstrong es el jazz
y el jazz es Louis Armstrong; a partir de ahí el resto son evoluciones y
variaciones sobre un mismo tema.
Pero no vayamos a creernos que Louis Armstrong inventó el jazz,
no. Cuando él se inició en esto de la música el estilo ya existía, pero su
personalidad y su fuerza interpretativa fueron una de las plataformas más
importantes para su difusión.